CUARTO DÍA: FÁTIMA, ALCOBAÇA, NAZARÉ Y ÓBIDOS

Nos costó levantarnos de la cama. A las 7 de la mañana suenan los despertadores y los desayunos se sirven media hora después. Los chicos, muy responsables, estaban puntualmente a la hora para comenzar una jornada de viaje en autobús.

Salimos del hotel a las 8:00, camino del Santuario de Fátima. Dos horas de viaje para ver como la Iglesia Católica ha convertido un hecho sociológico de devoción mariana en un monumental espacio arquitectónico que recuerda en algo a la Plaza de San Pedro de Roma de Bernini, con el propósito de engrandecer las ceremonias litúrgicas (políticas) de los Papas. 

No solo de comida y bebida se alimenta el cuerpo. Para algunos el tema espiritual es muy importante. Un lugar de fe y ritos muy personales...

Gran explanada de Fátima. Al fondo la antigua iglesia. Algunos chicos se han sorprendido de ciertas manifestaciones de la Fe

Intentamos colarnos dentro del espacio de la mesa ceremonial para contemplar la perspectiva de la Plaza desde el lugar del Papa, pero el sitio estaba oportunamente acordonado. No pudo ser. A reseñar algo que nadie apenas sabe. Fue un lugar de presencia musulmana en época medieval, y el Santuario donde supuestamente se apareció la Virgen tiene el casual nombre de la hija de Mahoma: Fátima.

Foto de familia: alumnos, profes y guías

Otra perspectiva del grupo ;)

Tras un breve paseo por libre en los exteriores del recinto, nos dirigimos al bello pueblo de Alcobaça. El pueblo destaca por la luz, que impacta en el revestimiento de yeso y cal de las paredes de las casas y en la cerámica blanca de las calles. Era un pueblo bajo el dominio jurisdiccional de la Orden del Císter.

Pasemos por las calles de Alcobaça. Magnificas fachadas decoradas con cerámicas con motivos geométricos.

El centro del pueblo es el Monasterio con su iglesia. Destaca por ser la primera etapa del gótico: gran altura, múltiples vanos cubiertos con vidrieras, cuya luz impactaba en el color blanco de la piedra, pureza de formas y austeridad, sin apenas decoración. Nos impresionó de manera notable el tamaño de la cocina y su chimenea.

Monasterio de Alcobaça.  Continuamos en el ámbito espiritual.

Impresionante construcción cisterciense. Sobrecogedor espacio.

Es un gótico inicial muy sencillo, igual que nuestros alumnos, sencillos y austeros.

No caben en su asombro...

La concentración se ha disuelto y caminan por el claustro en busca de nuevas estancias donde exponer sus reivindicaciones

El refectorio, antes.

El refectorio, después. Mucho más animado. ¿No lo creéis?

El padre abad transmitiendo las enseñanzas del Reggaetón a los novicios.

Aplicadas alumnas interpretando el idioma de Ovidio. Las dos creían haber dado con la interpretación correcta.

Abandonando las alcobas monacales.

Cual estrellas  "holibudienses" que descienden las escaleras de la fama .

Hoy nos hemos ganado el cielo....

El siguiente destino fue la playa de Nazaré. Tuvimos tiempo para comer. Los chavales pronto entablaron amistad con otro grupo que estaba jugando al fútbol en la playa. Algún "temerario", por la frialdad del agua, intentó bañarse, pero pronto desistió llegando a mojarse hasta tan sólo las rodillas.

El viento de las magníficas playas de Nazaré despierta en los alumnos los instintos más primarios

La integración con los lugareños a través del juego.

Excelente partido en el que no me queda claro quién ha ganado.

Otro instinto primario. Chapotear y saltar las olas.

Si es que somos como críos...

Y mirad que olas...cualquiera se metía a darse un chapuzón...

Océano Atlántico en estado puro...

Aunque a alguno le ha pillado desprevenido y ha sentido el frescor marino en gran parte de su cuerpo...una pista...el color le delata...

Volvimos al autobús y nos dirigimos al pueblo medieval de Óbidos. En lo alto de una montaña, dominando un valle y rodeado por una muralla circular. Un lugar estratégico de vigilancia que reflejaba a la perfección la frontera entre el dominio musulmán y el Reino de Portugal. Actualmente famoso también por sus chocolates. Las calles estrechas, las paredes revestidas de yeso blanco, tenían la función de resguardar a sus habitantes del frío.

Despues de alimentar la panza, chapotear, correr detrás de un balón y mojarnos las garrillas llegamos a Obidos.

Pintoresca villa medieval invadida por el turismo. Eso si, un turismo como el nuestro, culto y avido de conocer nuevos mundos.

¡Hala! A gastar otra vez. ¿Pero aún os queda algo en los bolsillos?

Los que han cumplido su objetivo por hoy os saludan y se despiden hasta mañana.

Regresamos al hotel a las 21:00, y a los chicos les espera una cena compuesta de un puré de verduras, macarrones con carne y una mousse de chocolate como postre.

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Y se acaba el cuarto día. Nuevo objetivo cumplido. ¿Os ha gustado lo que hemos hecho?

Mañana, nuevos lugares que conocer y una nueva experiencia con nuestros compañeros. ¡¡¡Esto va a tooooopeeeeeeeee!!!