QUINTO DÍA DE VIAJE: MAFRA Y OCEANARIO

La mañana nos despierta a las 08h00 y desayunamos con la avidez de un día más ligero y liviano. 

Un nuevo día se abre ante nosotros.

Hoy la temática es variada: arte popular de gusto muy personal...y vida marina en el oceanario (ver pececicos).

El autobús viaja hacia Mafra donde nos espera el ejemplo de una aldea característica del Portugal alejado de la costa. En una escala diminuta se reproducen en tallas y esculturas de cerámica sobre los diferentes oficios existentes en un contexto rural.

Primera parada del día. Municipio de Mafra. Recreación particular y "minimalista" de las actividades de un pueblo rural.

En los 80' y hoy entre los jubilados estas cosas hacen furor.

Vista panorámica del recinto.

Lo bueno es saber disfrutar de todo. ¡¡¡Bien majos!!!!

El dueño es un artista, entre otras cosas hace esto.

Una alumna quería llevar a su madre un gallo como estos (1 metro de altura). Creo que le agradecerá eternamente que lo haya dejado junto a sus compañeros gallos y gallinas.

Este saludo me suena. Lo hace Arturo Pérez Reverte. ¿No?

Lo mejor, el bocadillo de "pan de chorizo" que se está apretando Dani y un servidor.

El siguiente punto de visita es el Oceanario de Lisboa. Llama la atención la propia arquitectura del lugar. Planta centralizada, cuyo centro es una inmensa piscina circular, que se va rodeando y descendiendo en círculos atravesando las diferentes variedades de peces que existen en los Océanos del mundo. 

¡¡¡Ya vale de tantos palacios, conventos, castillos y demás obras!!!¡¡¡¡Queremos ver pececicos!!!!!

Con semejante calor una ducha no hubiese estado mal...

La visita dura unas dos horas y nos retiramos al hotel para comer (Croquetas, pollo asado y fresas con nata) y para afrontar una tarde libre en Setúbal. Esperamos en el ferry para cruzar a la península de Troya. 

Y por fín nos vamos en crucero de lujo a la tan ansiada Playa....

El sol pega fuerte....

Y hay que darse buena capa de crema protectora....

A la vez, una sesión se masajes que tampoco viene mal...

Estos pasan de cremas....y de masajes.

Estas prefieren sonreír...

Cruzamos el estrecho que nos separa de la Península de Troya.

Y llegamos a un impresionante paraje natural de vegetación, dunas y ....

... extensas y doradas playas salvajes.

 Largas playas y parajes naturales que son aprovechadas por los chavales para darse un baño. La arena de las playas dan a una entrada del mar en un valle o río: lo que solemos llamar estuario. Apenas hay olas y para alcanzar cierta profundidad había que adentrarse bastante. 

La indecisión inicial ....El agua esta bastante fresquita...muy fresquita.....helada.

Remangándose los refajos....

El temor inicial se vence poco a poco...

¡¡¡Vencido!!! El fresquito estimula la circulación.

Otros prefieren los clásicos castillos de arena.....Como niños...

Otros el descanso y la tertulia...¿Quizás criticando el bañador de.....?

Es broma, que iban todas y todos a la última moda de baño de la temporada pasada...

Un servidor, después del baño y la estimulación circulatoria prefiere dedicarse a la contemplación....Un regalo para los sentidos.

Es la hora...hay que abandonar este lugar tan bucólico.

El caballo se aleja de Troya y dejamos el horizonte atrás.

Terminamos el baño y regresamos al hotel, donde cenamos ensalada, paella de arroz y helado.

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Y hasta aquí, la crónica de nuestro último día en Portugal. Ya toca cerrar maletas y emprender el viaje de regreso a casa.

Cuando leáis esto, probablemente ya estaremos en suelo español, ya os iremos contando. Adiooooosssssss